FUNDACIÓN DEL CONVENTO ESCRIPTA POR NUESTRA
VENERABLE MADRE INÉS DE LA CRUZ.
[Crismon]Este cuadernito, está escrito
todo de letra de Nuestra Madre fu
ndadora, Inés de la
Cruz.
Folio 1 recto
Jesús, María, José.
Yten. En el nonbre de la sanctísima trinidad, padre,
hijo y espíritu sancto y de mi madre y se
ñora la gran Reina del Carmen oy 5
de setienbre de 1625 años, comienço
a escrebir la fundaçión de San José
de Carmelitas Descalças de México para
gloria de Dios y que sea serbido y ama
do de las almas deste berjelito, que si
puede aber zielo en la tierra lo es estos
rincones donde El Señor se biene a
recrear y alibiar de las ofensas que
le haçen con su pecados [sic] esos yngra
tos del mundo.
1 Junto con que habla de su convento
2 Obediençia
Muchos días a que me mandó haçer
esto nuestro padre probinçial, el padre fray Es
teban de San José, y al presente
el que tengo en lugar de Dios, el padre
Gaspar de la Figuera de la Conpañía
de Jesús, a quien obedesco de muy
Folio 1 verso
buena gana, por entender es gusto
de Dios En ber mobida la boluntad
que asta aquí sentía repunançia;
la memoria es poca, la torpeça mucha:
el término desde que se fundó nueve
años y medio mediante la graçia de Dios
diré lo que se me acordare.
3 Vocasión al estado religioso
Desde que tube uso de de raçón deseé
ser religiosa sin jamás aber tenido
un brebe pensamiento contrario y que
fuese en horden muy estrecha* sin otro
discurso, sólo padeçer mucho por Él, que
dio su vida por mí.
4 Deseos de padeçer
Vibían mis padres en Toledo, muy çer
ca del conbento de carmelitas descalças;
no mereçí tomar allí el ábito por benir
se ellos a las Yndias siendo yo de 14 años;
mi madre y dos ermanas benían para mo
rirse de pena; yo muy alegre pensan
do habría ocasión en este reino para
5 Edad en que vino a México
6 Deseos de martyrio
2
morir mártir, así açía dicursos de los tor
mentos que abía de padeçer; solo el pen
sarlo me traía con ferbor*; tube por buen
pronóstico llamarse el nabío en que be
nimos de Sancta María, por la gran deboçi
ón que tenía con Nuestra Señora. Llegada
a esta ziudad, pensé ser luego monja; di
latose asta tener 18 años. Sienpre me
an benido grandes vienes por medio de
los padres de la Compañía: uno que me
confesaba, viendo que mis padres esta
ban remisos, me conçertó en el conben
to de Jesús María; dentro de un día tomé el
ábito, aunque con gran dolor de mi coraçón por no ser en las descalças. Fue el
más alegre día que asta allí había te
nido por salir de un mundo que yo
tan mal quería. Tomé el ábito bi
ernes de la octaba de resureçión a
22 de abril de 1588 años.
1 Amor a Nuestra Virgen María
2 Entra en la religión
Folio 2 verso
3 Enfermedad que tubo en Jesús María
A seis o siete años de profesión enfermé
sin saber los médicos, aunque eran bue
nos, de qué achaque, porque no era
de su facultad -yo tube la mayor cul
pa en no declararme. Con los muchos
remedios me enfermaron dexándome
desauçiada, mas sanome el médico del çielo
porque no se había llegado el término de
la partida. Estube más de ocho años sin
quitárseme calentura, me dio ética y otros
achaques que me obligaban a comer car
ne asta el viernes santo, y estar lo más
en la cama sin poder pasar sin tomar algo
cada rato de noche, que si no me desmaya
ba que pareçe me moría.
Viendo se me pasaba la vida tan misera
blemente, determiné morirme sigiendo co
munidad; con no açer más remedios fuy
mejorando quando del todo perdí el mie
do a la muerte, me dio El Señor más ente
ra salud que a otras, y con las pocas fuer
4 Coro y comunidad
3
cas que siempre e tenido, quiso Dios hiçiese
más que los fuertes.
1 Inspiración de ser carmelita
Bolbiéronme mis antiguos deseos de ser car
melita con huna behemente inspiración
de procurar fundar un conbento; entre o
tros motibos que me obligaban, fue que
pues yo abía estado tan tibia en la religi
ón y no conseguido el fin para que entré,
y como desauçiada de mejorarme por mi ru
yndad que las ocupaçiones de ofiçios, y ser
muchas las religiosas, me dibertían y de
tenían procurando se hiçiese este conbento;
quería ser parte para que algunas sirbi
esen a Dios como ánjeles en la tierra, suplien
do lo que yo había faltado, y entre ellas
estarme yo en una çelda como en un desi
erto*, que siempre e sido muy afiçionada a so
ledad. Y llebada desta ynclinaçión cu
ando era niña, poco más de çinco años, que
leía las vidas de los hermitaños, pensé no
era mayor el mundo que sola la çiudad
y que en saliendo fuera era todo desi
2 Retiro
Folio 3 verso
2 Martyrio
3 y no supe decir quién eran mis padres
erto, determiné un día huirme a ser hermita
ña; a pocas calles me perdí, y otro día me
pregonaron. Aquella noche me recogieron en una casa.
Así mesmo, tenía mucha ynclinaçión a mo
rir mártir quando mis padres vinieron
a las Yndias; mi madre y dos ermanas pareçe
se querían morir de pena; yo benía conten
tísima pensando abría ocasión para mo
rir mártir.* En todo descubría mi ynoran
çia; así fue en esta fundaçión que se me
figuraban como sanctas pintadas sin
ocupaçiones corporales, que hera de lo que
yo huía; fue esto tan sin discurso que pi
enso me çegó Dios, porque mucho tien
po después adbertí que acá abía de tra
baxar y tener cuidados, y me dio tan gran
tristeça y tentaçión de dexarlo, mas no
quiso Dios. Hiçe huna determinaçión de
procurar esta fundación con todas mis fuer
ças, por todos los medios líçitos, sin dexar de
açer dilijençia ninguna que se me alcança
se por dificultosa que fuese, y lo prinçipal,
3 humildad
4 determinación a la fundación
4
1 resignación
pedir a Dios el açierto; así lo cunplí doçe años
que andube en la demanda*. Lo bueno que
en esto abía, es que en açiendo lo que era
de mi parte dexaba lo demás que obrase Dios
quedándome en gran paz y recsinaçión
en lo quel Señor hordenaba sin ynquie
tud ninguna, y sienpre confiada en que
abía de açerse, y más quando algunas dili
jençias me salían en bano; allí esperaba
más en que Dios abía de tomar la mano,
como así fue. Sea por sienpre bendito.
2 confiança
Tube notiçia de un honbre llamado Juan
Luis de Ribera, que abía muchos años de
seaba haçer un conbento de religiosas
carmelitas, y para su fundaçión conprado
las casas en questamos, que le costaron 18
mil pesos, y abía enbiado a España por religio
sas para su fundaçión porque no quería
fu[e]sen de México y no se las abían que
rido dar; pienso que fue éste a quien
se las negó nuestra sancta madre como aquí
diré.
3 tiene noticia de Juan Luis de Rivera
Folio 4 verso
4 Profeçía de Santa Teresa de la fundación de esta casa
Publicándose cómo se açía este conbento,
bino de muy lexos un benefiçiado hon
bre de edad y habló con el doctor Quesa
da, questaba açiendo la obra; cojióle a
la puerta y le abraçó y dixo que benía
de su partido a sólo darle estas buenas
nuebas quél se alló con nuestra sancta madre,
Teresa de Jesús, que andaba açiendo las
fundaçiones, y vido que fueron de Méxi
co a pedirle fundaçión, y que la sancta
prometió dar religiosas, y después vido
que se benían sin traerlas, y preguntó
por qué, respondiéronle que deçía la
sancta que haora no era boluntad
de Dios que se hiçiese, que andando el
tienpo se fundaría como si ella lo hiçie
se; con esto se bolbieron.
5 Escribe a Juan Luis de Rivera
Escrebí al dicho Juan Luis de Ribera
un día de sancta cruz de mayo con par
ticular mobimiento de Dios, porque
jamás le abía visto ni ablado, unas
5
brebes raçones diçiendo que pues no le que
rían dar fundaçión despaña, que ya lo era,
y suplica la graçia de Dios; lo demás porque siempre me abía dado deseos de ser
carmelita. Enbiéle la carta con un ca
pellán en gran secreto; con el mesmo, me
respondió luego que se alegraba mucho
de oýrlo y así me nonbraba por funda
dora; y para lo demás que se abía de con
çertar, vino alocutorio, ofreçió las casas,
1500 pesos de renta y lo demás neçesario;
enpero, pidió condiçiones que no se le podí
an conçeder, aunque nunca se hiçiera;
aunque no le mostré disgusto, díxele
enbiase a Roma por brebe, entre tanto
beríamos lo que conbenía. Comunique
lo con nuestro padre fray Pedro de San Ylarión, pri
or al presente del Carmen, y que abía
benido por fundador de los padres despa
ña, tratolo con el dicho Juan Luis de Ri
bera y diome los consejos que conbenía.
1 Comunica con los padres carmelitas
Folio 5 verso
2 Viene el arçobispo Gerónimo
En este tiempo vino a México el arçobis
po Jerónimo, por estremo afiçionado a
nuestra sagrada religión, y deseoso que
se fundase un conbento de religiosas;
comuniquelo con él, y tratolo con Juan Luis
de Ribera; primero se los llebó Dios a anbos,
que se hiçiese nada; murió ocho días an
tes Juan Luis de Ribera, dexó en su testa
mento se hiçiese la fundaçión como de
xaba conçertado con el señor arçobispo, y
que diesen las casas y quatro mil pesos pa
ra sacristía y mil y quinientos pesos de
renta, y en caso que no alcançase las
mandas de sus erederos al cumplimiento,
diesen las casas y los quatro mil pesos por
obra pía; esto quedó en pleito que concluió
después el doctor Quesada, como diré a
su tienpo. Desde luego que di el primer paso en pre
tender esto, fue de un pareçer con la madre
Mariana de la Encarnaçión, començé a
3 Mueren el señor Arçobispo y Juan Luis
4 Comunican sus almas las dos fundadoras con el padre Araujo dominico
6
comunicarla desta manera; las dos tratá
bamos con un gran sierbo de Dios, reli
gioso dominico llamado fray Jerónimo
de Araujo, pudiera deçir mucho de sus pren
das y virtud; llamole Dios la noche que
se desposó en Galiçia, dexó toda la jente
en la fiesta y fuese por las religiones
a ber en cual le querían reçebir; al fin que
dó en sancto Domingo. Su çiençia más fue
ynfusa que de escuelas, por el gran fru
cto que açía; con ser vien extraño quiso
Dios nos tratase mucho; con él me confesé,
jeneralmente para morir, que para eso es
taba entonces desauçiada; viéndome tan
sola, le rogó a la madre Mariana
que me curase, y ella lo hiço con tan gran cuidado
como si se lo mandara Dios. De aquí quedé
obligada a açerle todo el vien que pudi
ese; así lo tratamos juntas aunque por
sus muchas enfermedades no estaba re
suelta de traerla asta lo que diré des
1 Enfermedad grande de la madre Inés de la Cruz
Folio 6 verso
2 Diligençias para la fundaçión
pués; tenía hecho boto de ser carmelita, y de
procurarlo, afiçionábame mucho su buen jui
çio y abilidad, y para mucho trabajo y
yo para nada buena, açíamos todo lo que
podíamos. Yo no perdía ocasión de soliçi
tarlo; dos beçes enbié por brebe: la una se
murió el religioso que yba, la otra se hiço
tanto como nada, todo en gran secreto y con
consexo de mis padres del Carmen y en el a
çierto vía los mobía Dios. Mas todo lo bue
no trae contradiçión, como entonçes se of[r]e
çió, y mandaron no tratasen de ello ni bi
niesen al conbento, sólo por escrito diesen
su pareçer, si se lo pidiesen.
3 Quiere la prelada ser carmelita
Otro buen trabaxo se me ofreçió en el conben
to, que huna religiosa muy grabe, y en
tonçes perlada de gran entendimiento y
virtud, que dentro y fuera la tenían
por una sancta Gertrudis, enparentada y
con muchas amigas, dio en que abía de ser
carmelita y açer la fundadión [sic], no sólo no
açía dilixençias, sino que por su respeto
7
no las podía yo açer, ni escrebir una letra
sin rejistro, ni hablar palabra, porque
era toda la casa suya, y con espías, y lo
peor que abía era que éramos amigas,
y tenía obligaçión de comunicarle mi
yntento. Dibirtióse con el ofiçio y al
gunas deboçiones, y quedé algo libre, a
unque podía poco, por no desgustarla,
arto pudiera deçir en que se mereçió.
Con sola la madre Mariana lo comunicaba y
las dos pusimos los ojos en una gran re
ligiosa llamada Ana de la Conçepçión, pa
ra traerla por perlada, fuera singular
bentura conseguirlo por su mucha virtud
y talento, capaz para gobernar todos los con
bentos deste reino al presente. Era abadesa
y tenida por sancta. Comunicaba en espíritu con nuestra sancta madre y deseaba mucho ser car
melita, si Dios se lo ofreçiese, de su parte no
açía ninguna dilijençia. Antes que la san
cta madre fuese beatificada, su día le cantá
bamos unas bísperas muy solenes en el ora
1 Las dos solas comunican y con la madre Ana de la Conçepçión
Folio 7 verso
torio; un día después destas vísperas, esta si
erba de Dios dixo quería entrar en nobi
[ci]ado para ber si podría cunplir su regla,
y fue un año nobiçia, cunpliendo la regla
del Carmen; y en la cama de la enfermedad
de la muerte profesó la regla del Carmen,
y que sería su religiosa si vibiese. Llevó
sela Dios con señales de yrle a goçar. Esta
religiosa es la questá en el libro del sier
bo de Dios, que vido la proçesisión [sic] que allí
diçe del padre Gregorio López; era mucho nuestra ami
ga y por su consexo nos gobernábamos.
2 Comunica con la >madre Marina de la Cruz
Así mesmo, desde que tomé el ábito, comuniqué
con otra religiosa llamada Marina de la
Cruz, tenida por sancta desde seglar, hera de
Granada y viuda; con una su hija entró
religiosa; muriose la hija nobiçia; estubo
la madre para morirse de pena: açertó a tomar
entonçes el ábito, admitiome en lugar de
su hija, con que se consoló esta perfecta
religiosa. Tubo espíritu de profeçía desde
moça, que siempre fue muy virtuosa
8
en vida, y en muerte hiço muchos mila
gros al conbento: libró dos beçes de fuego
que a desora de la noche se quemaba la ca
sa, hiço abrir las puertas y que lo baxa
sen [a] apagar a muchas personas del convento,
y fuera deçía sus tentaçiones y daba re
medios y la comunicaban muchos sierbos
de Dios; açía vida tan penitente como si fue
ra de yerro; apenas se creerá sino quien
lo vido que se pasaba con sola una bebida
de atole por las mañanas sin comer otro bo
cado; un confesor suyo, llamado Pedro de la
Mota, ermano del obispo de la Puebla, escri
bió su vida y della algunos libros que
repartió en las ziudades. Esta religiosa es
tanbién la que diçe en el libro del sierbo de
Dios Gregorio López; estando el siervo de Di
os enfermo, y desto con cuidado las religio
sas, un día, a las doçe, subiendo de las gra
çias del refitorio, nos encontró la madre Marina,
que baxaba de su çelda, y dixo quen aquel
Folio 8 verso
punto acababa despirar y estaba goçando
de Dios; y así allamos que fue.
Esta relixiosa tenía mucha comunicaçión
con nuestra sancta madre Teresa de Jesús y la lla
maba ermana. Un día después de prima, estan
do yo con la madre Ana de la Conçepçión, bino
muy alegre y le dixo a la madre Ana que buena
visita abía tenido aquella noche, y ella
no la entendió. Y fue el caso que, despu
és de maitines, se bolbía la madre Ana de la Con
çesión a su cama por questaba enferma; yo
me quedaba en el coro y a las quatro la
llamaban a oraçión, biniendo aquella no
che a llamarla al punto que acababan de dar,
la allé lebantada; díxele: "¿Pues cómo madre, ya
está en oraçión?
" Respondió: "Ya me a llama
do dos beçes, y con ésta son tres
". Viendo la
madre Marina, que no sabía quién la abía
llamado, la dixo: "Mi ermana Teresa de Jesús
me fue anoche a decir lebántese a oraçión
que ella yba a recordar tanbién a la madre
9
Ana
", entonçes adbirtió y nos dixo que por
donde yo la solía llamar, que dormía jun
to a ella, le habían dicho "Lebántase a alabar
a Dios questa
", y se estubo queda y bolbió segunda
bez y le alçó el paño de la cama y se sen
tó en ella; y le pareció a la madre Ana questa
ba muy blanca y le dixo "Levántese si se
a de lebantar
", y luego se puso en oraçión, don
de yo la allé terçera vez.
Siendo perlada esta sierva de Dios, llegó a lo úl
timo, ayudándola a morir, todas afligidas por
que era amparo de la virtud. Entró la madre Ma
rina y nos dixo: "No lloren hijas, que aora
no morirá su perlada; otra pagará por ella,
que ya tengo ofreçida mi vida a Dios
". Así
fue que la una sanó y la otra cayó, y mu
rió de aý a dos días; habíale dicho nuestro Señor
moriría en biernes sancto; viendo ella que
faltaba mucho, le preguntó a nuestro Señor có
mo abía de ser y le respondió: "Anda Mari
na que todos los viernes son sanctos
". Así
murió, biernes, a las onçe del día, 17 de enero.
Folio 9 verso
Cada noche me yba después de bendeçir a su
cama, que hera una tabla y una piedra; no
se desnudaba por questaba todo el
cuerpo a
tado de cadenas y rallos. Contábame lo que
aquel día le había pasado con nuestro Señor, y re
belaçiones, y me daba gran consuelo deciŗme [sic]
Dios me quería vien.
Enfermedad de la Madre Inés [debajo: dibujo de una mano con el dedo índice señalando el texto]
Quando los médicos me dexaron, le dixe: "Madre en
comiéndeme a Dios, que me muero
", respondió:
"No hija, no se morirá tan presto, mucho le
queda qué pasar, quel conbento de San
José se hará, y tendrá dos puertas: a la
una la guardará nuestra señora y a la otra,
San José, y en él se serbirá mucho nuestro
Señor
".
Por que concluya con el vien que me hiço es
ta sierba de Dios, lo remato con lo que me su
çedió después que falleçió.
Mi mayor cuidado hera pedir a nuestro Señor que
si esta fundaçión hera para su serbiçio,
se efetuase por ynterçesión de mi madre y
señora la Virgen sanctísima quen todas
Devoción a nuestra señora la qual alcançó de Dios esta fundaçión
10
[crismón] ocasiones me ha echo merced, amparando a esta su
esclabilla; pareçiome vía en espírutu [sic] a la Sanctí
sima Trinidad En una ynmensidad de glo
ria en forma de globo, y a nuestra señora pidiendo
la dicha fundaçión y se la conçedió, no sé en qué
modo fue que no vide nada, digo persona nin
guna distinta, mas entendilo así, y quedome
çertidunbre que se aría aunque yo no allaba más
que deseos.
1 Certificación del Convento con mano de nuestra señora
Así mesmo, tratamos la madre Mariana y yo de to
mar dos sanctos para procuradores en el zie
lo; dixo ella escojía a nuestra sancta madre Teresa de
Jesús; yo dixe: "Escoxo a la sancta de mi conben
to, la madre Marina de la Cruz
", que abía poco era
muerta, de aý algunos días, que me suçedió lo
que arriba dexo dicho. Estando en mi cama, en
comendándolo a Dios, la vide pasar por delante
con su ábito muy blanco y una muçeta, como
que hiba de camino muy apriesa y me dixo:
"Hija, nuestra señora alcansado de su hijo el açer
se la fundaçión
", y pasó adelante; no fue es
to con ojos corporales.
Folio 10 verso
2 Conoçe quando se concedió el brebe
Por benir en este lugar digo un punto estan
do en el coro, donde tomaba los exerçiçios,
de dies días que mis padres
del Carmen a
bían yntroduçido, y ya los açe todo el con
bento pidiéndole a nuestro Señor tubiese efe[c]
to esta fundaçión, si conbenía a su ser
biçio, entendí ynteriormente solas es
tas dos palabras: "Hija, harase
", y presto
así las escrebí en mi divino el día, mes y
año. Después que vino el brebe, allé por
esta cuenta se había conçedido dies días
después, esto hera quando el señor ar
çobispo enbió por el brebe.
3 Tratan de traer carmelitas de la Puebla
Buelta a lo que yba diçiendo, cómo Dios lle
bó a la madre Ana de la Conçeçión, pedimos con
sexo a nuestros padres en traer algunas religio
sas del conbento de carmelitas de la Puebla; la
señora marquesa se las pidió al obispo, res
pondió que para su casa no tenía. Tratá
bamos de yr las dos a tener el nobiçiado
allá; esto hera más a mi propósito por pa
reçerme más mortificaçión a Jesús de mi
alma, y que se pareçió en el discurso de
4 humildad
5 Trabajos
11
1 Viene el señorarzobispo y comunícale
tanto tiempo por tener opuesta a la que ten
go dicha, que era como de huna hormiga con
un elefante. Así mesmo, pretendían esta fun
daçión en otros conbentos. Y hunas beatas,
que a solo esto binieron despaña y traían re
caudos, al fin se pasaron grandes baraúndas,
sin pies ni cabeça, dando traças al ayre ni po
día escrebir ni hablar a nuestros padres; huno
dellos, a lo que entiendo, con particular mo
bimiento de Dios, nos vino a dar muchas
adbertençias, como en cosa echa; al fin se
acabaron los nublados y amaneçía la luz.
Con la benida del señor arçobispo en las pri
meras vistas de los conbentos, fue a Jesús
María, y por saber hera muy afiçionado a nuestra
sagrada religión, le ab[l]é y di parte de mis
yntentos; allele deseoso de fundar un con
bento, y para esto dixo abía enbiado por bre
be, luego que saltó en el puerto, de los primeros
treçientos pesos de su salario; preguntele que por
qué camino; respondió su yntento era
de todos sus conbentos escoxer las religio
sas más oserbantes: de uno, dos; de otro, tres
2 Como quería su Ilustrísima haçer la fundaçión
Folio 11 verso
3 Sancta madre cuenta del testamento de Juan Luis de Rivera
o huna, asta cumplir el número; acuér
dome que le dixe: "Eso será haçer una lei
de muchas setas
"; como su deseo era de
açertar sin otros respectos de tierra, miro
lo con más consideraçión; dile noticia del
testamento de Juan Luis de Ribera, y to
mó a su cargo el soliçitarlo como si fuera
el mayor de los negoçios de su arçobispado;
hiço açer ynformaçión de cómo el difunto de
xaba nonbradas por fundadoras a la madre Ma
riana y a mí. Hiçose con tres testigos, aun
que no fue de ynportançia porque pidiéndo
le algunas personas al señor arçobispo la ad
mitiese y hiçiese el nonbramiento en las
dos, dixo que era ynformaçión de conpadres,
que mejor nos estaba el nonbramiento a títu
lo de méritos que de derecho; y así lo hiço,
enbió al conbento un notario y escribano
que diésemos poder para que su açedor
en Roma procurase los recaudos; fue
ron en abiso; entretanto se siguió acá el
pleito.
12
1 Breve del tal al doctor Quesada
Mobió Dios a un oydor llamado Juan Que
sada de Figueroa a tomar esta causa por
tan propia, como si le ynportara su sal
baçión, y lo concluyó en brebe tienpo; y mos
tró el señor darse por serbido, pues no se lo pagó
en pajas, si no con mucha gloria, y en esta
vida con pribarle del osio y nabegaçiones
y muertes de hijos, y después le llebó
a él a goçarle.
2 Comunican a la mujer del doctor Quesada
Fue así: su muger del dicho oydor era ene
miga de monjas; habíale pedido de condiçión
quando se casó, que no abía de tratar con
monjas. Los dos heran muy debotos de nuestra
Señora del Carmen y bienechores de nuestros
padres. El padre que me comunicaba abía
muchas beçes rogado a esta señora que
nos biera, y nunca lo pudo acabar con
ella; ofreçiósele una ocasión que deseaba
mucho: hiço boto que si lo alcançaba, nos
bería. Luego se le cunplió y se alló obliga
da; fue a bernos y quedó tan afiçionada
Folio 12 verso
3 Dase la sentençia en fabor de la fu[n]daçión
que hiço con el doctor que nos visitase;
encargose de lo que perteneçía a la fun
daçión. Desde aquel día, corrió todo por
su cuenta, soliçitó el pleito hasta el fin,
y fue vien menester el fabor de Dios
y sus dilijençias, y aun con todo salió
algunas beçes en discordia. Y la última
sentençia estaba para darse en fabor
de los erederos, y lo tenían ya ellos como
cosa propia; viendo esto, el doctor le
dixo a otro oydor, muy sierbo de Dios:
"¿Por qué quiere dar contento al diablo
en ynpedir esta fundaçión?
"; tubo escrúpu
lo y mobimiento de Dios, y quedó botado en
nuestro fabor, bíspera de nuestra Señora de la Visita
çión, en que entregase las casas y quatro mil
pesos por obra pía, sino alcançasen los vienes
a dar la renta, y quedase libre del patro
nasgo, que fue lo que mejor nos estubo.
Huna persona ofreçió tres mil pesos de renta
por ser patrón, y no le admitimos; esto fue
después de fundado.
13
1 Es la liçençia del Vi Rey
El señor arçobispo estaba muy remiso de
ber no había persona que diese renta, y la
liçencia no la quería dar el señor virrei pa
ra la fundaçión sin algún caudal, ofreçió
Dios un vienechor que dio una escritura
de un çenso de 18 mil pesos, tan mal ynpuesto
que asta el día de oy está en pleito, sin a
berle cobrado nada. Quiso Dios sirbiese sólo
el nonbre y sonbra para no negar la liçen
çia. Acuérdome dixe al señor arçobispo: "No re
pare vuestra señoría en nada, que adelante berá las o
bras de Dios
", con que se animó y a sido tan çier
to que nada a faltado, y es el conbento más
descansado de México en tener por patrón
una gran confiança en el poderoso rey.
2 Dexose en manos de Dios confianza
Un testamento guardo en el conbento de una
persona que después de sus días haçe eredero
al conbento de más de setenta mil pesos.
Virtudes cudiçió los vienes temporales de
Dios a los otros conbentos que tienen más
neçesidad.
Folio 13 verso
3 Viene la Marqueza de Guadalcaçar
En esta ocasión truxo Dios al ánjel de la
Marquesa de Guadalcaçar, religiosa en cos
tunbres, gran debota de nuestra sagrada re
ligión, y deseosa de ber en esta tierra un
conbento de carmelitas descalças. Luego que
llegó al puerto, tubo notiçia de las dos, y be
nida a México nos visitó y cobró tan gran
de amor, como se a bisto por las obras de pro
curar esta fundaçión, sin perder ocasión
ni con el virrei ni arçobispo, y fue con él
gran parte para quebrar con dificultades
en mucho ascrito; no podría deçir lo que esta
señora açía: con lágrimas enbidiaba nuestra buena su
erte, que ella deçía no mereçió, y así se conso
laba en ayudarnos*; quando entraba en el
conbento hera como una de nuestras religio
sas: acudía a comunidad cantando y reçan
do, y la hora de oraçión con un libro, que
de hordinario traía en la manga, nos en
tretenía diçiendo mil lindeças a nuestro Señor;
sobre tarde pedía le diesen si abía sobrado
algo del refitorio que no daba más cui
Lo que hazía la marqueza después de fundado el convento
14
dado; tenía a su cargo encomendar los sermo
nes y pláticas, y esaminar las que abía
mos de reçebir por término, se las enbiába
mos. Los ábitos y paños nos hiço ella como
los usaban las despaña. Los retablos que
están en la iglesia los dexó açiendo cu
ando Dios la llebó, díxome era su yntento
que primero estubiesen acabados que se su
piese. Acudía con tanta puntualidad y cu
ydado a todo lo neçesario, pareçía no tenía
otros mayores cuidados en su estado.
1 Padre Guillermoconcluida resolución del convento con el señor arçobispo
Estando todo así dispuesto, como ojas sueltas, ofre
çió el señor un medio efiças con que se en
cuadernó, que fue tomar la mano el padre Gui
llermo de los Ríos de la Compañía de Jesús;
sienpre de estos benditos padres he reçebido gran
des vienes y se an preçiado de amparar a nuestra sa
grada religión, como se be en los fabores que
hiçieron a nuestra sancta madre Teresa de Jesús, y
a partiçipado este conbento mobiéndole Di
os a comunicarnos en el confisionario, tratá
Folio 14 verso
mosle el estado de las cosas, y él al señor ar
çobispo façilitándole lo quél tenía, aca
bó con él se concluyese. Estando un día
en plática, le dixo: "¿Vuestra señoría ylustrísima gusta des
ta desta [sic] fundaçión?
", respondió que lo
deseaba mucho; dixo nuestro padre "Pues quie
re y puede, qué le detiene
", con esto ad
birtió el señor arçobispo que tenía ra
çón y dixo: "Entrémonos en la carroça y
bamos a buscar casa
", porque hera an
tes que dieran sentençia de dar estas.
Fue el señor arçobispo y nuestro padre y el do
tor Quesada, toda huna tarde rodean
do la ziudad, no allaron otra más a propó
sito questa; así quedó determinado fue
se esta por el buen sitio y çerca de su señoría;
con esta resoluçión, luego que salió la
sentencia, aún bibiendo jente en la
casa, huna mañana entró el señor
arçobispo y poniendo un dosel en un
2 Toma poçesión el señor arçobispo de la casa
15
aposento dixo la primer misa y quedó
tomada la posesión.
1 Disponen de los sermones
Ya tengo esperiençia que en los negoçi
os desta casa a dado Dios graçia al padre
Guillermo de concluirlos, viniendo al
confesionario ocho días antes de la fun
daçión, sabiendo hera sin ningun ser
món, me dixo: "No ostante ques corto el
tiempo, los procure, que no conbenía a tan
solene fiesta no aber sermones
". Luego es
crebí al doctor Quesada, y él se fue con el
arçobispo, y aquella noche quedaron to
dos repartidos por las religiones, y el
último de la octava dixo: "Su señoría que dio
más gusto que todos
".
2 Resuelve el señor arçobispo hacer solemne fiesta
Pidiéndole las dos al señor arçobispo nos
llebase huna noche sin ruido, respon
dió: "He de haçer la mayor fiesta que
se hubiere echo ni se haga jamás
",
y así fue en este reino.
Folio 15 verso
3 El Vi Rey da la liçençia
Dio liçençia el señor marqués para la
fundaçión antes de benir el brebe, en
virtud de huna carta que presentó el
señor arçobispo, de un açedor suyo, en que
deçía estaba ya conçedido.
4 Tiempo en que se hizo la obra
El doctor Quesada hera el obrero, y dá
base mucha priesa; en ocho meses se hi
ço la yglesia y los dos y huna
salita con cuatro puertas, que no tenía
mos sitio donde estar, que todo lo demás
se desiço para acomodarla; así estabamos
con mucho miedo de noche, cerrando las
quatro puertas, que lo demás estaba e
cho corrales. Nosotras tubimos la culpa
por benir para acomodar la casa como
está aora, que ni sobra ni falta y echas
todas las çeldas y ofiçinas, muy a nuestro
gusto. Deçía el señor arçobispo, cuando en
traba acá, se le refrescaba la sangre.
5 Después de fundado, cómo se acabó el convento
16
Dándole priesa al doctor Quesada para be
nir, nos dixo: "Madres, miren lo que haçen
que no tiene más que casa, lo demás lo
an de buscar, que yo no me obligo a dárse
lo
"; benimos en este conçierto, y así que
dó fuese el día del ánjel de la guarda,
primero de marzo de 1616 años.
1 Confiança
2 Señálase día de la fundaçión
En el tienpo que se estaba açiendo la casa,
ofreçió Dios algunos trabajillos: huna car
ta de dos pliegos mescribio huna persona
de la Puebla; ella fue con çelo de [cuidado], más mui
temeraria, diçiendo no me dexase llebar de la
anbinçión, questaba çiega, y que abía de
desdorar la religion no llebando fundaçión
de la horden; esto era lo quél pretendía, no
son para escritas las cosas que deçía, no me
enbaraçó ni dio ningún cuidado; respondí
solas dos raçones diçiendo agradeçía sus con
sexos, que no respondía más largo por es
tar ocupada reçibiendo el brebe y recau
dos.
3 Trajo de la Puebla
Folio 16 verso
4 Del de San Diego
Otro papel reçebí que me dio gran pena
y turbaçión de un religioso de San Diego,
que desde el primer paso me abía ayu
dado y aconsejado; tenía gran ynclina
çión que biniese por fundadora huna
muy buen religiosa de la Puebla
de las carmelitas descalças; lo mesmo pro
curaba yo, más no quiso Dios, viendo
questaba ya determinado fuese de acá
o por ber que se dilataba; al fin Dios le
dio liçençia que me aconsexase que no
hiçiese más ruidos, que me quietase en
mi conbento, que a otras quería Dios para
esta obra y les daría la abilidad y ta
lento que me faltaba, y que no tratase
más desto, que para otras guardaba Dios
esta fundaçión, y otras muchas raçones
pesadas. Rompí la carta porque no la
viese la madre Mariana y se cayese mu
erta, aunque vide en algo tenía ra
17
1 Humildad
çón en que me atrebiese yo a procurar
lo que no merecía, siendo tan torpe e y
norante ynperfeta, di mi quexas a nuestro
Señor diçiéndole yo buscaba a su magestad, y
él buscaba a otras de que tenía yo muchos
çelos; mi ocupaçión era haçer cosas para
los altares, y tenía echa huna caxa, y
al presente estaba labrando hunos corpo
rales blancos; tomé seda açul y labré en
tre medias, diçiendo: "Esto quedará por memo
ria de los çelos que tengo de que mi dulçe
Jesús de desecha por ruin, mas yo no le ten
go de dexar, aunque me mate
".
2 Temor de [Jesús]
3 Resoluçión de que viniese la madre Mariana
En que biniese la madre Mariana tube grandes
dudas por su poca salud y males de corazón,
y como yo hera para tan poco, deseaba quel
benir ella fuese al gusto de Dios, aunque
tenía algunos yndiçios en que, açiéndo
me el señor algunas mercedes de agradarse
desta fundaçión, siempre allaba en mi con
pañía a la madre Mariana; mas no fiándo
[17v]
Obediençia al pareçer ajeno
me de mi parecer quise açertar por el a
jeno, esto hera ya muy çerca debenir
nos; yo comunicaba con un padre de la Compa
ñía; un día en el confesionario, le dixe
lo que en esto me daba cuidado que lo en
comendase a Dios y me dixese su pareçer;
prometió de açerlo, y perdió a una per
sona sierba de Dios; luego que la vido otro
día, le dixo: "Padre, ayer cuando estaba en el
confesionario con Ynés de la Cruz, estaba
allí nuestra señora, con mucho gusto de lo que
trataban. Díxole encomendase a Dios lo que
llebaba a cargo
". Otro día mescribó así: "Diçe
aquella persona no dexe de llebar consigo
a la madre Mariana, su poca salud es lo que
sea de fiar de Dios"
, con esto me acabé de
determinar.
Resoluçión de dos fundadoras solas
Estando en elocutorio con el doctor Que
sada, tratando quántas bendríamos,
fue de allí a preguntarlo a la Compañía
y al Carmen, y bolbió con resolución
18
que si pudiesen ser dos, no fuesen tres, y las
dos de una alma y boluntad, como si fuesen
una. De allí fue a dar notiçia al señor arço
bispo; díxole quél tenía huna religiosa
que llebar de tales prendas, que mereçía
estar engastada en diamantes; así era, mas
teníamos determinado de no traer a ninguna
de otro conbento por entender que no con
benía. Trayendo el doctor Quesada este re
caudo, le bolbió con respuesta que en resolu
ción deçíamos que yendo de otro conben
to, cualquiera que fuese, aunque tan san
cta como la que deçía nos tubiese por escu
sadas; aunque se sintió, bino en lo que pedía
mos. Dios nosle guarde muchos años y le dé
huna corona de gloria, que las ocasiones le
an descubierto el çelo de Dios, y deseo de a
çertar en benir solas dos; lo a sido mucho por
que no a abido sino huna boluntad, aun
que se a padeçido mucho, porque como he di
Folio 18 verso
1 Trabajo en la obra que tubo la madre Mariana
cho, yo no soy para nada, y la madre se ocu
pó en obrera y trabajó mucho; en poco más
de tres años se acabó la casa con la çerca tan
cumplida que no ay más que hacer.
Señalando el día que abíamos de venir, fue
el señor arçobispo al conbento de Jesús María,
dixo bísperas de pontifical y dio el ábito
a las dos estando dentro la señora marque
sa; fueron sus dos niñas las madrinas. Por
estar yndispuesta, no bino a otro día en la
proçesión la señora marquesa.
2 Da el señor arçobispo el hábito a las madres
3 Lo que suçedió el día de la fundaçión
A las siete de la mañana, día del Ángel, binie
ron al conbento de Jesús María la muguer [sic] del
oydor Morquecho y la del oydor Quesada,
nuestras madrinas, con gran aconpañamiento
de jente y carroças, cada huna en la suya;
nos llebaron a la yglesia mayor, donde
nos estaban aguardando el señor virrei
y el señor arçobispo, de allí salió la proçesi
ón muy solene, aunque poco podimos ver
por los belos. El primer altar era del se
19
nor [sic] arçobispo, en saliendo de la yglesia de
çían hera cosa muy para ber; muy con
forme al afeto de su gran deboçión, diçí
an abía más de beinte alterares[sic] de mu
chas ynbençiones; a la puerta del doctor
Quesada estaba el suyo que tomaba u
na quadra; la señora marquesa hiço
uno junto al conbento, donde descansó el
señor arçobispo, y puso el Sanctísimo Sa
cramento sobre el altar y cantaron
un billançico. Tanbién descansó junto
al colegio de la Conpañía de Jesús, estaban
allí nuestros padres, y los estudiantes colexia
les hiçieron un coloquio; bino aconpañán
donos, en la proçesión, El ánjel de talla que
abían de colocar aquel año, que fue el
primero de guarda, y se dilató el colocarse
en su yglesia.
Así mesmo, truxeron en la proçesión el
cuerpo del sierbo de Dios Gregorio Lopes en
Folio 19 verso
un cofre de terçiopelo carmesí, que por venir
él y honrarle Dios pudo ser se hordenase
tan solene proçesión; de su relaçión se hi
çieron muchos cartapaçios.
Llegando al convento, a las honçe, se dixo la
misa de pontifical; estaba la señora mar
quesa en la yglesia, estubimos con ella
mientras la misa, y en ella comulgamos;
acabada echó suertes el señor arçobispo
de cómo se abía de llamar el conbento:
su señoría quería fuese sancta Teresa, por
la gran deboçión que la tenía; el doctor
Quesada deseaba que se llamase sancta
María del Monte Carmelo, y rogole al señor
arçobispo hiçiese sus dilijençias para que salie
se; San Joseph se echó por no aber su ygle
sia en México; El ánjel por ser la funda
çión su día; así que fueron Entre qua
tro las suertes bolbiose el señor arçobis
po al pueblo y dixo: "Todas mis jitanerías
1 Missa de aquel día
20
e echo porque saliese nuestra señora, mas
no me an balido; tres beçes e echado su
ertes, y todas tres a salido el glorio
so San Joseph, así se llamará este conben
to
".
Lo mesmo nos suçedió en Jesús María, que
echamos suertes en los mesmos quatro,
y tres beçes salió el bendito San Joseph;
quiso Dios se cunpliese lo que tantos
años atrás dixo la madre Marina de la
Cruz, de que se llamaría San Joseph.
1 Entra en la clausura
Acabada la misa, entró, acá con nosotras,
el señor arçobispo y virreyes, y la de más
jente. No fue posible acabarlos de echar
asta la tarde, aunque estaba la casa
tan desacomodada, y sin guarda medio
en la calle; no me dio cuidado con el anpa
ro del Sanctísimo Sacramento, que no
me cansaba de darle graçias en ber es
2 Confiança en Dios
Folio 20 verso
taba tan cerca del coro bajo, y que
abía huna yglesia, más con yns
tituto de rogar a Dios por nuestra madre la
yglesia y por los ministros della y
reyes católicos.
3 Entran dos
Quando benimos estaban dos hermanas
legas en el conbento que teníamos ya
reçebidas; la huna se fue de aý a po
cos meses, que no pudo llevar el ri
gor.
4 Entran tres
Dentro de 15 días dimos el ábito a tres; la
primera hera criada de la marquesa;
éstas profesaron.
5 Profesión de las madres
No entraron más asta cunplido nuestro año
de nobiçiado, que profesamos domingo
del buen pastor, predicó el padre Moli
na de la Conpanía de Jesús; dixo la mi
sa de pontifical el señor arçobispo,
y en sus manos hiçimos las dos profe
sión, que las demás profesan acá dentro.
21
En manos de la priora estaba acá dentro
la señora marquesa, y en la yglesia
el virrey y algunos de nuestros padres y
el padre probinçial fray Andrés de la A
sunçión; híçose muy solene fiesta. Aca
bada la profesión, me llebó la señora
marquesa a la cama, questube aquel
día çerca de morirme.
1 Sore una [sic]
Anse hido reçibiendo, y quatro se an des
pedido, y huna se fue al zielo: murió
cantando tan alto que se oýa en el
patio. Asta oy ay quinçe profesas
y huna nobiçia; desde luego que venimos,
se a reçado el ofiçio divino en el coro y
cantado misas, y se ha acudido a cosas
de comunidad, como si el número de be
ynte y huna estubiera cunplido. Los
primeros años se pasó gran trabajo to
mando las horas de oraçión de noche, por
acudir de día a la obra; todo el tiempo que
2 coro
3 Vera [sic]
Folio 21 verso
no estaba en audiençia, el dotor Quesa
da no faltaba de la obra, quedábase por
portero mientras ýbamos todas a bíspe
ras; ayudaba con su persona a los ofiçia
les; deçía hera el tapisque mayor;
buscó limosnas con que hiço la ygle
sia y parte de la casa; qué diré de la
humildad y caridad deste gran amigo
de Dios, con que acudía por solo dar
gusto a su majestad y a nuestra Señora del
Monte Carmelo, de quien hera mui
deboto sin otro ningún ynterés.
4 Pónense los dos patrones a las puertas
Con cuidado me tenía estar el convento
sin los dos porteros que me abía dicho
la madre Marina de la Cruz, que a una pu
erta le guardaría nuestra Señora del Car
men, y a la otra San Joseph; más lle
gose la hora de Dios, diome ynspiraçión
de pedírselo a un buen honbre que ni co
noçía, ni abía bisto; escrebile si que
ría açerle este serbiçio a nuestra señora,
22
respondió luego que agredeçía mucho se
quisiese serbir de sus vienes, ofreçiose
de dar tres mil y ochoçientos pesos, a que
se apreçió el açerla. Asta haora no he
bisto nos ha faltado nada, ni faltará lo
neçesario si pusiéremos todo el cuidado
en solo contentar a Dios.
1 Providençia de Dios
2 Primer capellán venerable padre Francisco Losa
Desde la fundaçión nos enbió nuestro señor
por capellán al padre Francisco Losa, man
dándole el señor arçobispo que lo fuese,
bino de Sancta Fee, donde estaba des
de vida del sierbo de Dios Gregorio
López; estubo con mucho gusto asta
que Dios lo llebó a 26 de agosto
de 1624 años.
Acabose de escribir esto, oy 16 de setien
bre de 1625 años, para gloria de Dios, y
que sea su majestad amado y serbido de las
que al presentes son, y de las que les
Folio 22 verso
suçedieren en este Conbento de San
Joseph de Carmelitas Descalças de
México.
Ynés de la Cruz
Esclaba de Jesucristo
[RÚBRICA]